Traemos un guía que ha venido como mil veces y dice que se las sabe de todas todas, a mi la verdad ya medio me hartó, pero él convenció al jefe de venir y eso se lo tengo que agradecer.
Conseguimos transporte y vamos a recorrer el lugar.
Desde aquí el pacífico no es tan pacífico. Muchas montañas y lugares más verdes que los ojos más verdes.
Soy feliz con mi cámara.
Si yo fuera pescador, y me muriera cumpliendo con mi labor de alimentar al mundo, quisiera un altar en un lugar como este. No puedes tener mayor reposo.
No hay muchas palabras para describir esto. El contraste entre el verde de las plantas y el azul del mar es maravilloso.
Y luego otro atardecer de esos que hacen que me guste la fotografía.
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